Algunos piensan que ya se acabo todo sin
embargo, esa no es la realidad real. Quienes conocen realmente del tema, se
percatan que la cinética de cambio de la estructura coronavirus es inmensa. Y
mientras este virus se hospeda en su unidad alimenticia denominada célula, se replica y
multiplica a placer quiérase o no. Todo
este proceso (debido a la dimensionalidad del suceso) ocurre de forma invisible y en términos medibles es absolutamente indetectable, permitiendo que se despliegue
en el cuerpo de un humano o animal, incluso sin presentar síntomas.
Lo cierto es que cada persona se convierte en
una bomba biológica una vez que se infecta del SARS COV 2, y allí precisamente
radica el problema, dado que no puedes diferenciar una persona y el virus, una vez que ocurre la infección. Se genera
una mezcla indivisible, donde se establece relaciones de coexistencia unidireccional de posible orden parasitario. El virus te selecciona como ente hospedador, debido a tu
ignorancia e ineficacia evitando la infección, y donde tú vayas, entonces allí estará
el virus. La persona pasa a ser una bomba en latencia, que puede contagiar a una cantidad de personas hasta un rango de unos pocos a unos miles.
Ahora bien, como
diferencias una persona del virus, si ya la infeccion ha ocurrido? Quizás no puedas, No de forma directa, No de
forma eficaz y No de forma reproducible.
El sistema hospedador-virus se acompleja de formas que no imaginas, y las relaciones de competencia pueden matar por la ruta que menos imaginas. Y allí es donde radica el problema. El sistema metabólico de cada persona regula la rapidez en
la que el virus se alimenta, y que ñfavorece su flexibilidad para alojarse en cada sitio
del cuerpo mientras la celula donde se encuentra consume ATP. El virus simplemente existe, de
forma irreconocible y cada persona le alimenta no cuidandose.
Somos potenciales contagiadores en un mundo
donde cada persona toma sus decisiones de forma des-sincera e irrelevante, que
tiende a la individualidad. Tu coexistencia con el resto, con tu familia,
compañeros de trabajo o conocidos, te hace responsable. Sin embargo la
insistencia en que la individualidad predomina destruye a cada uno invisiblemente a través
del virus. En consecuencia, cada persona es responsable de ti y de su entorno; como si cada persona representase una curva que se intercepta y que adopta características comunes (la una de la otra) hasta llegar a un balance. En ese punto de balance está el peligro dado que ahora el
punto de equilibrio te mata si no se ha tomado la medida adecuada de evitar la
infección.
El tema se acompleja porque modifica las
relaciones sociales, porque te enfermas, porque tienes que comer y no puedes ir al mercado, y porque
tienes que trabajar y el trabajo no está abierto. Y Allí si no estableces un punto de equilibrio entonces
pagas, como dicen por ahí “Justo por Pecadores”.
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